Foto: Álvaro Lassaletta
Hace un mes comenzó en Madrid el estado de alarma, el confinamiento, el quedarse en casa. Adiós a los paseos relajantes, adiós a los paseos obligatorios para el ejercicio físico, adiós a las sesiones presenciales de grupos con personas con DCA, adiós al encuentro con amigas, con la familia más extensa…
Por suerte estoy bien, estamos bien. Estamos como está la gran mayoría de la población, haciendo un esfuerzo por el bien de todos.
Las primeras semanas me han costado más desde el punto de vista cognitivo. Ahora estoy consiguiendo adaptarme, estamos consiguiendo como familia adaptarnos. Y en estos momentos es la parte física la que más nota el encierro. Pero eso no solo me pasa a mí, les pasa a todos los de mi alrededor.
Empecé a escribir a los diez días de encierro con mucha autoexigencia. Tenía que conseguir transmitir cómo estaba, y que animara a otras personas con DCA, o a familiares o a profesionales a compartir cómo estaban. Pero las cosas no eran tan fluidas. Después de este tiempo me he dado cuenta de que el encierro era también otro proceso de aceptación y adaptación a los cambios. Para eso tengo experiencia, pero aún así tardo un tiempo. La idea de no forzarme demasiado ha sido la mejor que he tenido. Los primeros días he tragado series como una autómata, aún no estaba mentalmente activa, no tenía planes…. Esto es lo que escribí en un principio:
“10 días encerrada. 10 días pensando que quería escribir sobre lo que me pasaba en estos días. 10 días enfrentándome a algunas de las nuevas limitaciones: las más evidentes en el día a día: las dificultades en las funciones ejecutivas, que me impedían organizar mi tiempo y el de mis hijos, la cocina y las comidas… Por suerte por primera vez en este curso no tenía muchas sesiones que preparar ni proyectos que continuar en el ordenador -ya que todo se ha detenido- y por lo menos no sentía el estrés extra de plazos. También le veo las ventajas a esta nueva etapa. ¡Es como si de repente se hubiera dado permiso general a la apatía! Aquí, una vez más, enfrentándome a mi falta de iniciación para las actividades. Pero sobre todo adaptándome a algo muy nuevo para mí: la lentitud de mi nuevo cerebro para adaptarse a los cambios.
Y creo que lo mejor que hecho en estos días ha sido dejarme estar. No pelearme conmigo. Y os animo a hacerlo, aunque no es nada fácil. En un primer momento tiraba de mí la “Aurora de antes”: ¡Tienes que movilizarles, tirar de todo el mundo! ¡Hay que crear rutinas! No puedes estar tan pasiva.
Y me he dado cuenta de que necesitaba dedicarme tiempo a mí, poder hacerme cargo de mí antes de hacerme cargo de nadie más. Esto, desde luego, no ha sido ideal viviendo con mi familia. Pero nos queda tiempo por delante así, y siento que ahora ya voy despertando con más fuerza. Y me puedo hacer cargo de mí y eso hace que pueda abrir los ojos y ver cómo están los demás de forma profunda.”
Ahora puedo hacerme cargo de cocinar para todos, con la ventaja de que no hay tanta presión de los horarios y que si un día no me organizo bien y tenemos que comer una hora más tarde no pasa nada. También de algo de rutina de ejercicio, aunque nunca será lo mismo que poder salir a pasear y estirarme. Pero sobre todo he recuperado la pasión por conectar con los demás, el retomar los grupos online, la ilusión, los proyectos. Y eso sí que ha sido un avance. Y todo este proceso lo he vivido sin demasiado estrés gracias a que he tolerado mi ritmo y mi adaptación, y agradezco mucho a mi familia que también lo han hecho.
Ayer llevando el Taller de Adaptación de CEADAC online nos dábamos cuenta de que las personas con una lesión cerebral sobrevenida de forma súbita estábamos más preparados a la hora de enfrentar una situación como la que estamos viviendo, de alarma, cuarentena, confinamiento…
Vemos a muchas personas alrededor desesperadas con este cambio súbito. Nosotros hemos vivido esta situación de forma intensa en nuestras vidas. La incertidumbre de no saber lo que pasa, cuánto va a durar, hasta dónde cambiará nuestra situación física, emocional, laboral, personal… Y tenemos herramientas, que hemos aprendido en este primer cambio súbito, para poder enfrentar la situación actual. Además la ventaja de la situación actual es que no nos sentimos solos ante tantos cambios, como nos pasaba antes. Todo el mundo alrededor está en las mismas.
Y lo estamos pasando mal. Pero no se nos puede olvidar esta parte. Nuestras familias y nosotros tenemos algo más de experiencia en enfrentar situaciones inesperadas y adaptarse a ellas que muchas otras personas. ¡No lo olvidéis!
Piedad, participante del grupo, nos compartía: “A mí esta cuarentena me produce dos sensaciones distintas, además de la preocupación de no saber cuándo me podré operar. Una es la “rabia” por no poder seguir con la rehabilitación, ya que aún no me habían dado el alta y estoy perdiendo mucho por no poder caminar ahora. Pero por otra parte, en cierto modo, vuelvo a sentirme igual que los demás en el encierro y también como más protegida y segura.”
Yolanda, comentaba. “En este tiempo nos estamos dando cuenta de que el planeta tierra nos está dando otra oportunidad para que lo cuidemos. Lo peor que llevo es no poder ver a mis sobrinos y ver la dureza de la pandemia llevándose a amigos y a vecinos queridos del pueblo, sin poder acompañar a sus familias para apoyarles.”
Beny, después del grupo nos cuenta: “Curiosamente, no llevo mal el aislamiento. Puede deberse al hecho de que he vivido solo durante mucho tiempo. Esta situación no me genera angustia o ansiedad frente al futuro, cosa que parece afectarle, como es natural, a la mayor parte de la gente que conozco. En consecuencia, surgen fricciones debido a una convivencia forzada en espacios reducidos, lo que indefectiblemente conllevará a tensiones en las relaciones y, en ocasiones a rupturas de todo tipo, incluyendo divorcios, así como patologías que van de la ansiedad a la depresión. Resulta curioso que, en medio de esta situación, pueda mantenerme con la serenidad necesaria para dar consejos, hasta el punto de convertirme en referente para otras personas, pasando de ser cuidado a cuidador. Curiosa “r”. Como colofón, implica mucho, para ellos y para mí.”
Y tú ¿cómo estás llevando el confinamiento?
11 comentarios en «Reflexiones tras un mes de cuarentena»
Yo a penas la estoy llevando son muchas cosas las que invaden mi mente y nublan los pensamientos, pero en si tengo mucha ansiedad, el no poder salir, y limitarte a espacios reducidos, me causa una sensación de peligro. Ya no lo estoy tolerando muy bien.
Personalmente, para mi la primera semana fue un poco estresante. Yo tenia planes para ese fin de semana y semana próxima. El viernes, saltó el estado alarme y me tuve que quedar en casa.
El domingo tarde hice una clase yoga, y lunes dos de ptras cosas. Yo tengo la espalda mal y tenia mucho dolor, me vi toda la semana sin poder moverme y con las noticias. El domingo esclate se me fue… no comprendia nada.
A partir de ahi, ya estoy mas adaptada, yo puedo salir algo y eso me ayuda.
Sin embargo, aunque veo que voy bien con mis rutinas, hay momentos que la familia, cierta persona, esto le sobrepasa. No lo admite, aunque diga que si y con nada diga negativo me lo introduce de tal manera que entro en crisis bárbara. Se me bloquea todo y entro en bucle mental.
Hay que alejarse, hay que pasar de personas que puedan herir sin querer con negatividad, para eso ya tenemos nosotros, de las noticias y no ver datos ni nada.
Cuando digan avances poco a poco iremos volviendo a nuestra verdadera rutina.
Es exagerado creo yo la que se ha venido encima. Cuando mueren y se infectan de virus 🦠 tipo gripe, gripe A … se confina? Se dice?
Se callan… porque tienen la vacuna!!! Nadie les pueda decir que te has puesto malo por su culpa, si lo has echo es por la tuya.
Ahora no lo puedon hacer y saben que es por su culpa, por eso estamos en casa.
Como siempre que te leo, has contado perfectamente mi situación; en las cosas que no son comunes (yo vivo solo) son los comentarios de los demás los que me definen.
Llevo tiempo analizándome en los «problemas añadidos con el DCA» y empiezo a hacerme análisis satisfactorios de mis reacciones.
Estoy consiguiendo de vez en cuando;
Parar, buscar información, analizarla y contestar con hechos reales; la pena que no consigo o puedo hacerlo en conversaciones presenciales,
Esta es una de las partes positivas que he sacado yo de este confinamiento.
El whatsapp es lo que tiene.
Ahora, esta semana, ya mejor.
Pero los días de atrás, mi cerebro asemejaba la situación, a la que tuve cuando sufrí el DCA ,un accidente de tráfico, x el q se me paró todo, estudios, trabajo, amigos, no podía salir de casa por las lesiones xq no podía andar….para mí ha sido como un plan de choque.
Estoy estudiando y trabajando, con lo que otra vez los estudios en pausa a ver que pasa. Trabajo en urgencias del hospital, así que a eso hay q sumar el estrés de los primeros días, sin saber q pasa, sin material, sin EPIs….
Y para rematar hace un par de meses empecé con médicos otra vez por lesiones/secuelas del ATF….
La parte positiva, es que llevando tantas horas dos mascarillas, estamos medio intoxicados de respirar nuestro propio CO2, y ahora me río de cualquier chorrada como una cría pequeña 😉
Cada día un poco más tranquila, me adapto un poco mejor a estos cambios. pero q me saquen de mi rutina para mí es mortal :O
Besines
Escribo desde Ecuador. Aun estamos en familia con paciencia, conviviendo en armonía, pero tristes por lo que pasa en nuestro entorno, en este país es muy grave la situación de salud.
Gracias Nina por compartirnos tu experiencia. Nos sentimos muy cercanos a Ecuador. Aún más en estos momentos en los que nuestros países están en una situación de salud muy crítica. Mucho ánimo y fuerza. Cuídense y cuiden a los de su alrededor. Un abrazo
Gracias Aurora como siempre por compartir!!! Cierto nosotros de paciencia estamos sobrados y sobre todo también de «confinamiento» en los hospitales cuando nuestros ACV, aunque claro de modo diferente. Para mi esta siendo difícil el haber cambiado mi rutina, esa que nosotros necesitamos tanto. Por ello nos exige más planificación y control de nuestras actividades, sin olvidarnos de los descansos tan necesarios. Y como no, tenemos que trabajar la paciencia toda la familia unida para soportar nuestros vaivenes emocionales ante esta situación que no podemos controlar. Y por otro lado el estrés de los que salen a la calle para hacer las esas tareas imprescindibles como ir a comprar e ir a la farmacia, y luego regresan con la obsesión de limpiar todo a conciencia sin que nadie más de la familia se exponga.
Abrazos virtuales!!!
Almu
Gracias Almu por compartir tu experiencia y por recordarnos la frecuencia de nuestros altibajos emocionales. Conociéndolos y contando con ello nos sorprenden menos a nosotros y a nuestras familias. Qué importante conocer muy bien nuestra nueva identidad para poder convivir mejor con ella. Ahora ya no somos los únicos, hay altibajos emocionales en todo el mundo, por esta situación nueva, desconocida e incierta. Y muchas personas no tienen tanta experiencia en manejarlos como nosotros. Un abrazo y cuidaros mucho
Yo no noto mucho cambio solo no poder hacer natación, , por lo demás como yo les digo a mis conocidos despues del daño cerebral mi vida ya cambio mucho, por falta de trabajo y la soledad que se siente al pensar en lo que cambio mi vida a no poder tener una vida mas relacionada con conocidos y amigos y ahora con la cuarentena sigo casi igual, nosotros ya sabemos lo que es el aislamiento . intentando como siempre satisfacer al que convive contigo, guisando comprando comida y con una buena lista para que no se me olvide nada.
Gracias Lola. Está bien darte cuenta de que ya hiciste la adaptación a algunas de las cosas que los de alrededor se están teniendo que hacer. Y qué genial que sigas usando tus herramientas para llevarlo lo mejor posible (listas). Un abrazo y cuídate
Toda la razón, siempre estamos solos. Hacemos nuestras rutinas al margen de la gente. Vivimos nuestro dia a dia particular.
Yo también necesito y quiero ir a nadar. Pronto lo haremos!!!
Solo que si no sales, quizas se hace mucho mas pesado y también el no poder ir a nuestros médicos o al fisioterapeuta pej, yo lo veria como algo esencial. A ver si nos dejan pronto!!! Yo tengo la parte baja espalda que parece una curva dragon khan, no puedo ponerme estirada suelo…